Las RUTINAS en la NIÑEZ: Por qué tenés que incorporarlas si o si

¿Alguna vez te preguntaste por qué cuando seguís una rutina te sentís mejor, con más orden y claridad?


Las rutinas son mucho más que simples actividades repetidas en la vida de un/a niño/a. Gracias a ellas se construyen su sentido de seguridad, estabilidad y autodeterminación. Desde las primeras etapas de la infancia, cuando el mundo parece un lugar lleno de incertidumbre y sorpresas, las rutinas proporcionan la previsibilidad que se necesita para afrontar el día con confianza y tranquilidad.

Las rutinas no se dan en forma natural, no nacemos con ellas. Al igual que los hábitos, son adquiridas en un contexto determinado y con un significado cultural y social, propio de nuestra familia.

Cuando nacemos, y sobre todo durante los primeros meses, el mundo está lleno de estímulos nuevos: personas desconocidas, sonidos extraños… En medio de esta gran cantidad de sensaciones y experiencias, las rutinas proporcionan un sentido de orden en un mundo que de otra forma puede resultar muy abrumador. Por ejemplo, saber que después del desayuno vendrá la hora de los juegos, seguida de un baño y luego la hora de dormir. 

Este sentido de seguridad es fundamental para el desarrollo emocional de un niño/a. Cuando se sienten seguros/as y estables en su entorno, sienten más curiosidad y ganas de explorar y experimentar nuevas cosas. Además, la estabilidad emocional que proporcionan las rutinas les permite desarrollar habilidades de autocontrol y autorregulación, aprendiendo a manejar mejor sus emociones. 

Las rutinas también son una herramienta invaluable para fomentar paulatinamente la autonomía: desde vestirse solos/as hasta ayudar con algunas de las tareas del hogar, brindan la oportunidad de asumir responsabilidades y tomar decisiones por sí mismos/as.

Para establecer rutinas que funcionen saludablemente, es importante tener en cuenta las necesidades individuales de cada niño/a. Si bien es crucial mantener horarios para actividades como las comidas y la hora de dormir, también es importante ser flexible y estar dispuesta a hacer modificaciones según sea necesario. 

La comunicación abierta y la explicación clara son elementos clave para el éxito: al hablar con los/as niños/as sobre lo que pueden esperar en cada paso del camino, les estás ofreciendo un sentido de control y comprensión sobre su entorno. Esto les permite prepararse mentalmente para los próximos eventos y gestionar las transiciones de manera más efectiva.

En resumen, las rutinas favorecen la anticipación a través de la previsibilidad, promoviendo el orden y previniendo conductas y comportamientos inesperados. 


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